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It’s time FOR action!

It’s time FOR action!

Una de mis mayores críticas al mundo del desarrollo de personas, al crecimiento personal y profesional y al coaching, entre otros, ha sido la excesiva responsabilidad que muchos expertos y no tan expertos le asignan al individuo, a su capacidad para superarse, a que delante de cualquier contexto, sea el que sea, puede sobrevivir y avanzar. Siempre he echado de menos una mirada más abierta y generosa a la comunidad. El sentido de “obtener la mejor versión de uno mismo” no puede ser, a mi forma de entender, obtener la mejor versión de uno mismo.

Desde el lado de aquellos dedicados a impulsar transformaciones y progresos consistentes a un nivel global (la agenda 2030, etc.), hay también algo que echo de menos: la mirada introspectiva, aquella que reconoce que los cambios sistémicos no son posibles sin el desarrollo profundo de las personas. Un desarrollo sin atajos.

La transformación personal y social se necesitan para darse sentido y eficacia.

¿De qué estamos hablando? Un poco de espíritu change maker

En 2043 el 47% de los actuales empleos habrá desaparecido.

En 2050 habrá más plástico que peces en nuestros océanos.

En… OK, ya sabemos todo lo que viene, ¿cierto?

Creo que todo puede resumirse en un match point planetario y sistémico. En este contexto, están los que se plantean cómo van a llevarlo sus hijos y están los que prefieren la comodidad de pensar en otras cosas porque, al fin y al cabo, estamos bien.

Desconfío mucho de la comodidad y de la normalidad

Hay momentos y situaciones de comodidad, pero la vida, la naturaleza, es de todo menos cómoda. La comodidad nos estanca como personas y profesionales, nos hace quedarnos quietos e ir hacia ningún sitio, nos hace dejar de pensar en los demás y de entender a los que son muy diferentes… Por lo tanto, creo que vivir en esa comodidad es una gran mentira sobre la que muchas personas todavía hoy se sostienen. Somos vulnerables, nos necesitamos y el momento nos pide a gritos “Colaborad. Juntos”.

Si esta es la Era de la información, entremos ya en la Era del cambio, del compromiso y de la acción.

Yo sé que a algunos nos puede sonar rara la palabra anti-sistema, activismo, transformación social… Hemos sido educados en la obediencia y los anti-sistema y activistas eran, en nuestra cabeza, gente un poco rara, ilusa, inconsciente. Ahora no sé quién es el inconsciente…

La palabra radical, en su origen etimológico, significa “perteneciente o relativo a la raíz”. Quizás debamos acudir más a enfoques radicales para lograr que los cambios sucedan de verdad.

Escasez de agua, modelo económico y circularidad, renta universal básica, calentamiento global, huella ecológica, etc. Un mar de posibilidades y debates. Sabemos más cosas que nunca, incluso sabíamos que había altas probabilidades de que un virus nos acechase.

Y parece que el hecho se saber, de entender, nos exime de ACTUAR con la responsabilidad que el momento nos pide. No actuar nos convierte en cómplices de un sistema que nos lleva a lo invivible.

Y aquí va la buena noticia:

Todas podemos ser radicales y activistas en alguna faceta de nuestras vidas. Cada día hay una oportunidad para dejar de decir “seamos el cambio que queremos en el mundo” a, además, serlo. A hacer, a comprometernos, a empezar. Ahora.

Si crees que hay que cambiar cosas, saca el sentido de urgencia de donde sea para empezar ahora. Hay muchos cambios que no pueden esperar. Haz un ejercicio muy simple: observa todas aquellas acciones de tu día a día. Verás que hay muchas oportunidades para empezar. Si trabajas en una organización, confía en los líderes auténticos, vulnerables, con determinación, al servicio de los demás; ten una conversación pendiente; deshazte de banalidades que han rodeado una relación profesional; comprométete con organizaciones preocupadas por el mundo, con alma.  Si consumes (como el 99,99% de los humanos), ayuda a cambiar las reglas de juego.

Y aquí va la mala noticia:

Como cualquier cambio, implica energía y renuncias. Por eso cuesta avanzar, porque las renuncias se hacen grandes si no hay un sentido fuerte detrás.

El futuro del trabajo y las organizaciones

Hay muchas predicciones, pero leía en Nesi que el futuro pasa por desarrollar nuevas perspectivas de éxito: dar protagonismo a los valores como motor de las organizaciones y empoderar a las personas para que haya más agentes de cambio.

Organizaciones vivas por dentro, latiendo en ideas, carácter y atrevimiento.

Por encima de todo, necesitamos un mundo en el que disfrutemos de nuestros trabajos. Al final del día es necesaria la PLENITUD. También porque esa plenitud es la que nos hará prescindir de lo prescindible en nuestras vidas.

Los departamentos de Recursos Humanos (algunos) han dado pasos de gigante. El foco está y estará cada vez más en las relaciones, en cómo aportan el valor a las relaciones: cómo te relacionas con la organización, entre compañeros, con el manager (en caso de jerarquías) y cómo llevas esa relación tan primordial que nos lleva al siguiente punto: la relación contigo mismo.

El papel del desarrollo personal

Todo lo que nos hace humanos es y va a ser lo más relevante en nuestras vidas. Hace poco se publicó el artículo “Societal Challenges Require Investments in Adult Development” en un medio sueco. Se dibuja el inicio de un movimiento potente entorno al desarrollo adulto en Suecia. Se plantea una perspectiva real y profunda del desarrollo de los adultos en la sociedad, y propone que las organizaciones apoyen la madurez y el desarrollo de todos los empleados. Todos.

Si el desarrollo de personas no asume un papel transformador, no tiene sentido de existir.

Gary A. Bolles, catedrático del Futuro del trabajo en Singularity University de Silicon Valley apunta a 4 habilidades clave:

  • nuestra capacidad para resolver problemas.
  • nuestra capacidad de adaptación.
  • nuestra creatividad, que al fin y al cabo es lo que nos diferencia de las máquinas.
  • nuestra empatía, para resolver problemas de otros.

Esto hace unos meses era palabrería, pero si ahora vamos punto por punto y analizamos la situación de pandemia, ¿cuán necesarias han sido estas 4 habilidades para sobrellevar el día a día, cierto?

A la vez, la consciencia humana se desarrolla en diferentes etapas (autores como Piaget, Kohlberg, Gilligan, Lovinger, Maslow, Kegan, Hall, Fowler y Wilber ahora me darían una colleja) simplificando al máximo sería:

El punto A es la AUTO-CEGUERA.

El punto B el AUTO-DESCUBRIMIENTO.

El punto C es la TRANSFORMACIÓN.

Hay que dar el salto de un punto al otro; hacerlo lo más rápidamente posible y el máximo de personas.

Los individuos lo necesitamos, pero para la sociedad y el planeta la palabra “necesidad” se queda corta. Es urgente.

Me comprometo a ayudar a las personas a acelerar este proceso de cambio, ofrecer herramientas para entrar en el camino de la innovación personal, para sobrevivir y brillar en este mundo que necesita transformarse. No necesitamos ninguna normalidad, sino impulsar una nueva radicalidad.

Todo esto son palabras. ¿Vamos a los hechos?

Josep Cosials
jcosials@pimood.org
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