AUTOR DEL POST: PAU SASTRE
FOTOS: Mikah Hallahan // David Klein
Cuando voy a dar una formación relacionada con la oratoria, ya sea para hablar en público o para mejorar la comunicación one to one, los asistentes suelen tener bien identificados algunos elementos con los que quieren trabajar y que son realmente importantes en la comunicación; las preocupaciones más habituales suelen recaer en cuidar el lenguaje gestual, mantener los nervios a raya o aprender a jugar con algunos elementos clave de la expresión verbal como el ritmo, la pausa o el volumen, para nombrar algunos ejemplos básicos.
Un elemento de peso, pero, que a veces se descuida y que marca la diferencia entre un buen orador y un orador excelente, es que el segundo, se ha cuidado de llenar las palabras que conforman el contenido de su charla.
¿Y eso, qué significa exactamente?
19 abril, 2018
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