Formadores internos: cómo ser un/a rock star del aprendizaje
AUTOR: JOSEP COSIALS
Antes de que un cliente se plantee poner en marcha un taller formativo, intento averiguar qué orientación al aprendizaje y a la formación continua existe en la organización, o si, por ejemplo, los managers reconocen las acciones formativas como algo que agrega valor o simplemente como algo que está bien pero también quita tiempo a sus colaboradores. Todos estos elementos son multiplicadores de la efectividad de una formación. Hay infinitas fórmulas.
Muchas organizaciones apuestan por potenciar la formación interna, es decir, un grupo de personas de la organización se encarga de impartir sesiones formativas al resto de colaboradores. Este modelo tiene grandes ventajas: los formadores conocen al dedo el contexto, la jerga, los compañeros… la aplicabilidad es más inmediata y los contenidos están muy adaptados a lo que los asistentes podrán necesitar. También tiene inconvenientes: la falta de una nueva mirada a la realidad que los asistentes viven, por ejemplo.
Un error común es un enfoque de las sesiones pensado para transmitir conocimiento pero no para facilitar el aprendizaje.
Y no se trata de buscar culpables, al contrario, sino de reforzar la figura del formador/a para convertirlo en una rock star del aprendizaje.