06 Nov Formadores internos: cómo ser un/a rock star del aprendizaje
AUTOR: JOSEP COSIALS
Antes de que un cliente se plantee poner en marcha un taller formativo, intento averiguar qué orientación al aprendizaje y a la formación continua existe en la organización, o si, por ejemplo, los managers reconocen las acciones formativas como algo que agrega valor o simplemente como algo que está bien pero también quita tiempo a sus colaboradores. Todos estos elementos son multiplicadores de la efectividad de una formación. Hay infinitas fórmulas.
Muchas organizaciones apuestan por potenciar la formación interna, es decir, un grupo de personas de la organización se encarga de impartir sesiones formativas al resto de colaboradores. Este modelo tiene grandes ventajas: los formadores conocen al dedo el contexto, la jerga, los compañeros… la aplicabilidad es más inmediata y los contenidos están muy adaptados a lo que los asistentes podrán necesitar. También tiene inconvenientes: la falta de una nueva mirada a la realidad que los asistentes viven, por ejemplo.
Un error común es un enfoque de las sesiones pensado para transmitir conocimiento pero no para facilitar el aprendizaje.
Y no se trata de buscar culpables, al contrario, sino de reforzar la figura del formador/a para convertirlo en una rock star del aprendizaje.
¿Qué es el aprendizaje para ti?
Lo primero es entender qué es lo que el formador se propone facilitar: habilidades, competencias profesionales, hábitos, conocimiento, nuevos enfoques, innovación, etc.
¡La “X”! ¿Y cuál es el mejor camino para llegar a la X?
¿Cómo facilitas el aprendizaje?
Aquí presento algunos de los elementos que trabajamos con formadores internos y nos permiten cambiar su mirada respecto a la formación:
La estimulación ambiental
La continua y acumulativa interacción entre estructura cerebral y medio ambiente da lugar a que el cerebro de cada individuo adquiera una configuración singular que es, a su vez, condicionante de los sucesivos procesos de aprendizaje.
Si vas a realizar una formación en sensores aplicados a robótica, no es lo mismo empezar la sesión con un power point que con un robot encima de la mesa, un sensor por asistente, etc. Hay mil posibilidades de estimulación ambiental.
La atención
Un formador es un gestor de atención de sus asistentes (entre otras cosas).
- Para que se produzca un aprendizaje; esto es, para que se modifiquen las intensidades sinápticas de transferencia entre un grupo de neuronas, es preciso que estas neuronas estén activas.
- El nivel general de activación involucra la tonificación de la activación cerebral y la capacidad de reacción ante señales de alarma. Desde hace tiempo se sabe de la relación entre nivel general de activación y rendimiento cerebral, lo que incluye el rendimiento en tareas de aprendizaje.
¿Pero cómo estimulamos las neuronas?
La emoción
¿Qué viajes recordáis? O muy buenas o muy malas experiencias, ¿cierto?
- Las emociones tienen la finalidad última de preservar la vida del individuo y de la especie y toda actividad cerebral. Esto es, es catalogada como más o menos próxima a ese fin. Esta catalogación influye en el aprendizaje de los sucesos cerebrales y, así, cuanto más positiva o negativamente sean valorados esos sucesos en relación a aquella finalidad, más eficazmente quedarán aprendidos al objeto de repetir la vivencia agradable o evitar la desagradable.
- La dopamina (placer) provoca mayor claridad de pensamiento. Esto es, se aprenden más fácilmente aquellos sucesos ligados a la experimentación de un estado de bienestar, agrado, o satisfacción.
Estimulación ambiental, atención, emoción… todos estos elementos son los que nos llevan a confiar en el aprendizaje experiencial: generar teorías de acción a partir de experiencias.
Los formadores debemos ser muchas cosas: provocadores, incitadores, facilitadores… ¡todo al servicio de la X y de los asistentes!
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